Hoy, a días de cumplir dos años de casada con el señor que es mi esposo, quiero escribirles sobre lo malo de ser buena esposa. Muchos dirán que debería esperar cinco años más para tener mayor certeza, pero quiero escribirlo hoy, y si en 10 años quiero escribir una segunda parte, hacerlo y tener muchas similitudes y quizás muchas discrepancias con lo que opino al día de hoy.
De mi madre aprendí a ser la mejor esposa que un hombre puede tener; en la iglesia aprendí cómo amar a mi esposo y respetarlo, ser su ayuda idónea y la madre protectora de la futura descendencia. Sin embargo, llevar todo ese aprendizaje a la práctica es sin duda lo más retador que puede existir y todas nos preguntamos si al final vale la pena y se agradece todo el empeño que uno le pone a la relación.
Ser bueno nunca será malo, pero, en muchos casos, es inevitable que nos hagan sentir como si lo fuera. Quiero exponer algunos casos que te pueden pasar si eres buena esposa:
- Ser muy complaciente (exceso)
La mujer al amar tanto a su esposo puede llegar a ser muy complaciente, y sin querer pone en riesgo su salud mental y física… En la mayoría de los casos, la necesidad de validación externa es que lleva a las mujeres a ser muy complacientes; se desviven por sus parejas y, aunque lo vemos muy bien, todo debe tener un balance.
- Carga mental excesiva
Las buenas esposas quieren que sus esposos tengan la menor preocupación posible y ellas como son tan buenas cargan con todo. La mínima cosa en la casa o en la familia es solo su responsabilidad y si delega alguna función, tiene que recordarlo toda la semana para que el esposo pueda colaborar.
- Enfermedades
Aunque la taza de mortalidad es mayor en hombres, las mujeres son las más propensas a enfermedades mentales por todo el estrés que conlleva dirigir un hogar.
- Necesidad económica
Si eres una buena esposa y no estás empleada, en la mayoría de los casos, no querrás solicitarle a tu esposo dinero para cubrir todas las necesidades del hogar. Tener que ahorrar lo más que puedan para poder comprarse algo que necesitan, ya que sus maridos creen que se necesita solo del pan para vivir. Yo le invito a que sea buena esposa, pero expresando sus necesidades para que no le vaya a afectar en su salud mental.