La gente pega candado cuando le roban; es una frase que desde pequeña estoy escuchando. Qué tan veraz es y en cuáles ámbitos de la vida se puede aplicar. Si usted no es dominicano, quizás en su país utilicen algún dicho parecido o el mismo. No por eso abandone este escrito. Aprenda junto a nosotros.
Cuando pensé en escribir sobre este título, en realidad quería referirme a mi casa y los parámetros de seguridad que aún nos faltan. Es algo que nos preocupa un poco a mi esposo y a mí. Y si se preguntan si tenemos candados, la respuesta es, sí, tenemos candado y varios, pero entendemos que los candados no nos aseguran que nadie entre a nuestro hogar, ni siquiera un gran muro, una cerca eléctrica, una seguridad o quizás rifles con sensores… Nada nos asegura que una persona con malas intenciones no pueda entrar a nuestro hogar. Sin embargo, este título me hizo meditar en los candados que usamos para cerrar las amistades tóxicas, los hábitos que corrompen el alma, las palabras feas que decimos de nosotros mismos, etc.
Debemos de meditar si los candados que le hemos puesto a esas cosas corrosivas son suficientes para que no vuelvan a hacernos daño o eres de los que guardan las llaves del candado para de vez en cuando abrirlo y le das una copia de la llave a lo que tanto daño te hizo…
Pegar candado nunca será suficiente si no estás dispuesto a avanzar y tomar una decisión con base en tu bienestar físico, mental y espiritual. Hoy es el día de botar esa llave con tus ojos vendados.
